Esta mañana un amiguete me enlaza el siguiente comentario/noticia publicado hoy en el Diario Vasco.
El texto completo está aquí
Entresaco un poquito del ya inmarcesible
Astrofísica y salsa rosa:
Federer deja de ganar, la selección de balonmano no lucha por medalla y la Real viste de verde y amarillo. No creo en la astrofísica, pero esto sólo puede deberse a una extraña alineación astral. Eso quiero creer.
La cosa va, claro está, de fútbol y pelotas. El autor del sesudo comentario, pues bien parece que no use la cabeza sino para subir a rematar los córneres, remata su oda al club de sus amores de aquesta guisa:
Todo esto teñido, aunque es sólo una anécdota, de verde y amarillo. Será cosa mía, pero cada día reconozco menos a nuestra Real. Todo un tanto kafkiano. Puede ser cuestión de astrofísica, pero siendo sinceros, no creo en estas cosas...
No me queda muy clara la relación entre Kafka y la astrofísica, ni a él la diferencia entre la bruja Lola y los científicos, pero tanto da. Lo importante es sudar la camiseta hasta el minuto noventa y uno en que todo el grupo deja lo que lleva dentro en el campo y el resto es rabo. Hay rabo hasta que se acabe el toro siempre y cuando lo pillemos por los cuernos quemando las últimas naves puestos los cartuchos en todo lo alto. Mientras haya fútbol urbi et orbi, la torre de Pisa (o
PISA, mejor) no dejará de inclinarse...