No sabemos qué hay detrás, pero podemos darnos el gusto de llenarlo de pintadas. Blog sobre Ciencia, Tecnología y Política que, como luz y materia tras el Muro, son casi la misma cosa.
Hoy les comento una noticia curiosa aparecida en el Washington Post. No piensen que yo leo habitualmente este tipo de prensa –en España creo que sólo lo hacen Carrascal y Aznar, pocos más–, pero sí leo muchos blogs de internet y allí aparece de todo. Pues verán. A los americanos del Norte entre Méjico y Canadá se les ha ocurrido la idea –posiblemente peregrina, dada su naturaleza– de estudiar la influencia de las oraciones sobre los enfermos. No sobre uno mismo –que no vale, porque la autosugestión hace milagros, literalmente–, sino en los demás. Así que han juntado a 1800 pacientes operados de cirugía coronaria y han elevado sus plegarias al Cielo. El número es lo bastante alto como para tener resultados fiables, aunque queda todavía lejos de los 8000 conejillos utilizados por Meléndez-Hevia, por ejemplo, todo un modelo de rigor científico y facial. Pero no culpemos a los estadounidenses de sus retrasos, que ellos no tienen la suerte de vivir y enfermar en Canarias. A lo que vamos. Los promotores del experimento dividieron a estas personas en tres grupos idénticos. Los integrantes del primero se sometieron a un “factor-1”: les dieron oraciones pero sin tener conocimiento de ello. A los del segundo les aplicaron un “factor-2”: también ser rezó por ellos –varios grupos de fieles tanto católicos como protestantes incluyeron sus nombres específicamente en las oraciones– y, además, estaban avisados de la letanía. A los del tercer grupo les dejaron tranquilos y no les incluyeron en los rezos ni les avisaron de nada, quedando abandonados a su suerte. Al cabo de un mes de la operación, los pacientes de los grupos 1 y 3 presentaban el mismo número de complicaciones en la recuperación –un 52%–, mientras que en el segundo grupo el número de personas con problemas se elevó hasta el 59%. Conclusión: las oraciones no sólo no beneficiaron a los pacientes sino que, incluso, los pusieron de los nervios en algunas ocasiones (¿están rezando por mí? ¿Tan mal estoy?), complicando su recuperación. Aunque el experimento ha sido criticado incluso por los propios científicos porque “la Ciencia no está pensada para estudiar lo sobrenatural”, y “no se trata de probar o no la existencia y la influencia de Dios”, los resultados han llamado mucho la atención. Claro que, posiblemente, habrá quien opine de la misma forma que San Agustín: “Si Dios no atiende nuestras peticiones puede deberse a tres causas: o bien pedimos mal, o bien pedimos cosas malas, o bien somos malos”. Y es que San Agustín tenía más razón que un santo. A mí, si llega el momento, que me pongan en las manos del doctor House. O mejor aún, en las de la doctora Cameron.
Hace como un par de años vi un documental en la tele en la que se hablaba de un experimento similar aunque en este caso creo que se extendió a todo tipo de religiones. Había grupos cristianos, budistas y musulmanes que recuerde que rezaban por unos enfermos concretos, mientras que del resto pasaban.
Los resultados no fueron determinantes y salio más o menos lo que tu comentas sobre este estudio. Aunque recuerdo porque me llamó la atención la conclusión final que venía a decir que si bien no se ha demostrado que la oración ayudara a sanar a los enfermos, no estaba de más.
Enrique:
En mi opinión en ese experimento faltaba un "factor 3":un gupo de "rezantes" o de personas en oración que tuviesen lazos familiares o afectivos con los enfermos. Es posible que en ese caso el experimento hubiera sido más exitoso, pero debido a la influencia o energía que se transmite telepáticamente entre personas que que están vinculadas emocionalmente entre sí.La telepatía está científicamente demostrada y si el apoyo del entorno ayuda mejorar a los enfermos,porqué no lo iba a hacer el apoyo espiritual.
Un saludo
El vídeo es buenísimo ¡gracias! me he reído mucho. Tengo mis convicciones pero también sentido del humor.
No he suplantado ninguna identidad y me divierte que me lo digan con lo que me cuesta
opinar sobre esto con mi propio nombre. Ya sé
que pensaréis que en ese caso sería mejor callarme.
No creo que seáis bobos, al contrario les admiro: me gustan mucho vuestros blogs que sigo desde hace tiempo ( supongo que Teresa es la autora de Ethica more cybernetica).
Sé que sois escépticos pero,¿les desgradan este tipo de comentarios? ¿prefieren no tenerlos?.Un saludo,les seguiré leyendo
En ese caso, Teresa de los comentarios 3 y 6, te rogaría para evitar malentendidos que añadieras alguna identificación adicional, como una inicial del apellido, por ejemplo. En Blogalia la firma de "Teresa" está asociada a Ethica More cybernetica por la lógica amistad entre muchos de los que aquí somos.
Y no, no me desagradan comentarios "creyentes". Si de verdad piensas que puedes comunicarte telepáticamente con alguna energía positiva, hay un señor en internet que regala un millón de dólares a quien lo consiga...
Volviendo a tu primer comentario, la telepatía no está científicamente demostrada (ni tan siquiera en gemelos como mucha gente cree). El adjetivo "científico" se emplea muchas veces de forma impropia. La ciencia demanda un procedimiento imparcial, repetición de resultados y predicción de los mismos. El azar no sirve. Si la telepatía pudiera enseñarse -si fuera el caso, si ésta fuera repetitiva y predecible- las compañías de teléfonos se habrían arruinado. Y no me creo que estén guardando el secreto en la Casa Blanca para no fastidiar a las multinacionales...
Pues, como dijo Teresa en el 3, faltó un grupo más. Uno en que fueran conocidos, familiares y gente "interesada" quienes rezasen. Hubiera sido interesante ver el resultado. Porque me parece que una gran parte de las personas no saben bien lo que es rezar. Muchos creen que es simplemente soltar una letania de oraciones continuas, pero sin concentrarse en lo que dicen y hacen. Y mucho menos saben "rezar" con el propósito curativo.
Teresa C., tocaya, no me he molestado. Simplemente creía que era una táctica, que es muy usada en los ataques a los blogs, para confundir a los lectores. Y como éste y otros blogs están siendo objeto últimamente de muchos ataques por atreverse a poner en cuestión los procedimientos curativos del Instituto de Metabolismo Celular del Dr. Meléndez, pensé que tus afirmaciones eran parte de esta estrategia. Dado que no es así, te ruego que me disculpes. Aunque los atacantes suelen escudarse en el anonimato, no siempre lo hacen así. De ahí mi malentendido. Por supuesto que no pretendo tener el monopolio de un nombre tan común como es Teresa. Excusas de nuevo.